domingo, 23 de junio de 2013

Corrientes éticas: Aristóteles

Ética Aristotélica

El objetivo de la ética para Aristóteles consistía en investigar qué es el bien, la perfección y la felicidad propia del hombre, con el fin de ajustar a ellos la orientación práctica de la conducta.
Según Aristóteles, el hombre debe desarrollar al máximo su propio ser y por ende alcanzar el bien que le es propio, de acuerdo al lugar que ocupa dentro de la escala ontológica (escala de seres). 

a.       Si tuviéramos que caracterizar a la ética Aristotélica, se podría decir que es teleológica[1], ya que se considera que todo ser tiende a un bien que le es propio y a él se orientan todas sus acciones. De este modo, el bien propio del hombre será la felicidad, bien último y supremo.
b.      Eudemonista: Siendo el fin por excelencia, es necesario definir este concepto a fin de comprender a qué se refería Aristóteles cuando hablaba de la felicidad.
Eudaimonía, es un vocablo griego que hace referencia a la perfección del hombre como tal, es decir, desarrollar al máximo la característica esencial del mismo; en este caso de la capacidad racional. Por lo tanto, la felicidad no será concebida en este caso como un estado mental de euforia, de placer o de alegría constante, sino más bien con alcanzar el éxito de la propia vida en concordancia con lo que somos.

Ahora bien, ¿cómo llegamos a ser felices? ¿Cómo alcanzamos la felicidad?
En el caso del hombre, lo esencial es nuestra racionalidad y según Aristóteles, seremos felices si podemos ejercitar al máximo esa capacidad que nos es propia. Por lo tanto, un hombre podrá ser feliz en la vida intelectual o contemplativa.
Aún así, es necesario tener en cuenta que además de la actividad intelectual, el hombre tiene otras necesidades relacionadas con nuestro hacer cotidiano, con la acción y más específicamente con aquellas que involucra a otros hombres (actividades interpersonales[2]).
Por lo tanto, es necesario destacar la clásificación de virtud dada por Aristóteles:

Ø  Virtudes dianoéticas: también conocidas como virtudes del intelecto, consisten en alcanzar la perfección en el ejercicio de nuestras características esenciales. Algunas virtudes que hallamos en este caso serán: la prudencia, el buen juicio, la inteligencia, etc. deben su origen y su incremento principalmente a la enseñanza o aprendizaje y por eso requieren experiencia y tiempo.
Ø  Virtudes éticas ó del carácter (la forma de ser):  proceden de la costumbre. No se producen en nosotros por naturaleza, se adquieren por la actividad constante. En pocas palabras, practicando la virtud nos haremos virtuosos. Ejemplos: La generosidad, el valor, la honestidad, etc.

Concepto de Virtud:
“Es un hábito adquirido, voluntario y deliberado que consiste en el justo medio en relación a nosotros,  tal como lo determinaría el buen juicio de un varón sensato y prudente, juzgando de acuerdo a la experiencia y a la recta razón”.

Explicación del concepto de virtud:
Hábito adquirido: El hombre se hace virtuoso cuando realiza de manera constante y permanente una conducta considerada buena. Es la predisposición permanente del carácter para actuar correctamente. La virtud  se adquiere en el ejercicio de la misma.
Voluntario y Libre:
Voluntad: capacidad de querer, desear o apetecer una cosa, en este caso la perfección, lo bueno.
Libertad: es la capacidad de poder optar;  elegir entre dos o más cosas, en este caso puntual en hacer o no lo que se considera bueno.  
Por ende, ser una persona virtuosa no dependerá solamente de conocer qué es el bien y practicarlo, hay que desear obrar conforme a ello libremente.
Implica deliberación: Es decir que tiene que estar presente la inteligencia, ya que se debe reflexionar y analizar sobre los medios que emplearemos para alcanzar el bien, levando a cabo una elección correcta.
Las acciones que cumplen funciones biológicas o físicas, están fuera de la razón y no se puede deliberar al respecto; por ello no son virtuosas, como así también aquellas que no cuestan.
Justo medio: Es aquello que se halla entre dos extremos viciosos (el exceso y el defecto). Precisamente se puede definir este concepto como “aquello que no peca en exceso o defecto”. Es difícil de alcanzar porque no es exacto, sino que se da en relación a nosotros mismos y de acuerdo a cada situación particular.
Es por ello que Aristóteles introduce el concepto de prudencia, que consiste en saber qué decisición debemos tomar en cada caso concreto. Se trata básicamente de deliberar correctamente para obrar conforme a ello. Ser prudente supone que el hombre hace uso de la deliberación, el conocimiento y la experiencia.
Ciencia: se trata de la adquisición del conocimientom puesto que de acuerdo al mismo podré juzgar en menor o mayor medida lo que es correcto y lo que debo hacer, rigiendo mi conducta mediante principios universales.
La recta Razón: es la que guía los actos humanos, de hecho es la encargada de señalar los excesos o defectos de cada acción, como así tambié deliberar acerca de los medios más adecuados para alcanzar los fines propios y posibles del hombre.

La Ética Aristotélica y el bien común

Los hombres no son individuos aislados y las excelencias humanas no pueden ser practicadas por seres solitarios. así, el Estado y la sociedad son manifestaciones naturales de la propia naturaleza social del hombre. La buena vida es la meta del Estado y la meta de los individuos.
Para Aristóteles la felicidad del ser humano dentro de la ciudad ("como animal político y social") es colectiva, ya que éste sólo se realiza dentro de la misma y mediante las relaciones interpersonales.
Según este filósofo,  l
a Etica se interesa por el bien del individuo, mas concretamente por el bien del individuo como ciudadano; Por ello, la Etica es parte de la Politica puesto que ésta última es el arte que se preocupa por alcanzar el bien común. La razón última en esta unión estriba en que ambas disciplinas tienen un mismo objetivo: el bien. El bien del individuo y el bien de la sociedad son el mismo, pero subordinando la primera a la segunda, es decir, la felicidad individual a la del bien general.







[1] Teleológico/ca: Adjetivo que proviene del griego “telos” que significa “fin”; apunta a una finalidad u objetivo, siendo lo que guía nuestras acciones, pues es lo que se desea alcanzar.
[2] Una relación interpersonal es una interacción recíproca entre dos o más personas.

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