miércoles, 29 de mayo de 2013

Clasificación de ética.

CLASIFICACIÓN DE LA ÉTICA.

Según el origen de la ley.

Como ya lo dijimos anteriormente, cuando hablamos de “origen”, hacemos referencia a la fuente de donde sale o surge una cosa. En este caso lo que buscamos es saber de dónde nace la norma moral, quién o qué lo establece.
Aquí planteamos dos posibilidades, que la norma emane de un agente extrínseco (externo) ó intríseco (interno).
Por ello haremos referencia a la ética heterónoma y autónoma:

¿De dónde salen las normas morales?
Éticas Heterónomas
Éticas Autónomas
Hetero: significa “distinto” “diferente”, en este caso a uno mismo.
Autós: significa “propio”, es decir de uno mismo.
Aquí quien dice lo que está bien o mal es un agente ó individuo diferente a la persona que lleva a cabo la acción.
Aquí quien dice lo que está bien o mal; quien determina lo que se ha de hacer es el sujeto mismo.
La persona misma no dictamina lo que ha de hacer, sino que sigue el mandato que proviene de un tercero (otra persona, sociedad, religión, etc.).
Ninguna instancia o agentente externa al propio sujeto establece la norma moral.
Si bien el sujeto moral no determina lo que está bien o mal, debe adherir voluntariamente a la realización de la acción.
En este tipo de ética, como la norma surge del sujeto es más simple advertir que éste la lleva a cabo con convicción propia.



Por otro lado también se fundamenta la acción moral tomando en consideración el fin que persigue la misma. En pocas palabras se trata de analizar la razón que tiene el sujeto moral al hacer el bien.

¿Por qué tengo que hacer el bien?
Ética Material
Ética Formal
En este tipo de fundamentación, se entiende que el “fin” (objetivo o meta) que se pretende alcanzar, es lo que le dá sentido a la acción moral.
Aquí lo que importa es la forma en que se realiza el acto, es decir, la intención que se tienen al efectuarlo.
En palabras simples se puede hablar de la recompenza o bien consecuencia concreta que tiene hacer el bien.
Se hace incapié en el sujeto moral y no en el fin de la acción. Es decir que, se tiene en cuenta la voluntad del mismo, de querer y desear hacer el bien por el bien mismo y no por lo que puede obtener a partir de ello.
En este tipo de ética la buena acción es sólo un medio para lograr los objetivos del sujeto moral. Por ej.: la felicidad, la gloria, el placer, etc.
Aquí la buena acción vale por sí misma y sobre todo tipo de inclinación, interés particular, deseo, sentimiento, etc. Nada de eso se tiene en cuenta a la hora de hacer el bien.
El sujeto moral hace el bien motivado por lo que puede obtener. Por ello cuando no se obtiene lo deseado, suele parecer en bano hacer el bien.
El sujeto moral obra por respeto al deber. Por consciencia de lo que está bien hacer.




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